MAGRITTE

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viernes, 8 de octubre de 2010

LOS NIÑOS Y SUS RELACIONES



“Fíjate lo lento que eres, tu hermano se ha tomado todo el desayuno y tu ni siquiera has empezado.”

A parte de esta relación en familia, los niños necesitan entablar relaciones con niños de su edad que les haga vivir nuevas experiencias y situaciones. Es una forma de contacto que les permite salir de sus límites conocidos y generar un sentimiento de amistad. Este tipo de relaciones les hace ser partícipes de la vida de una persona con la que se sienten reconocidos y además ganan en autonomía.

En los juegos que ellos crean imponen una serie de normas y reglas que hay que cumplir, lo que les aporta una serie de experiencias fundamentales. Es una forma de convivencia que les hace sentirse autónomos en un plano de igualdad, que se combinan consentimientos de afecto
En la vida de cualquier niño, en un primer momento la dependencia afectiva que tienen corresponde totalmente a los padres, aunque con el paso del tiempo y a medida que descubren el mundo se irán relacionando con otras personas: tíos, amigos, otros niños, etc.
Todas las relaciones que entablen, van a servirles como medio para seguir creciendo y enriqueciéndose. Aunque la socialización del niño depende en cierto modo de la forma de vida, es decir, si acude a la guardería, si lo cuida alguna canguro, si interactúa mucho con otros niños, también es cierto que hacia la edad de 3 años esa capacidad de relacionarse se convierte en una verdadera necesidad.

Esta necesidad suele ser más evidente a esta edad ya que el niño ya ha experimentado las primeras separaciones de los padres y además ya tiene suficiente autonomía tanto física como psíquica.

Ha podido observar que los padres tienen otras muchas ocupaciones y que si se relaciona con niños, generalmente están dispuestos a jugar a cualquier hora igual que él.

Poco a poco lo que hace es ampliar sus espacios de actuación, sus propios límites se agrandan y con ellos su capacidad para ser feliz y desarrollarse adecuadamente. Como punto de partida, sobre todo al principio tendrá a su familia, pero poco a poco se irá integrando en la vida sociedad.

Cada una de las nuevas experiencias y relaciones que entabla el niño, le sirven para perfeccionar su experiencia y por supuesto le ayudará a conocer otras maneras de desenvolverse, de ver el mundo y de formarse en él.

Otra forma de relación que tienen los niños muy cercana a casa es aquella que mantienen con los hermanos, en el caso de que se tengan lo cierto es que propicia que la infancia se viva de otra manera. Muchas veces no va acompañada de sosiego y camaradería, pero eso mismo forma parte del “juego” y se convertirá en una importante experiencia que le hará respetar la particularidad de un igual.

Un hábito que tenemos que evitar a toda costa es el de hacer comparaciones entre hermanos, ya que no llevan a ninguna parte y además de hacerle sentir inferior al niño hace estragos en su autoestima.

“¿Cómo puede ser que tengas miedo a dormir a oscuras si tu hermano lo hace desde hace años?”
, generosidad y rivalidad.

La escuela es otro aspecto importante en el desarrollo de cualquier niño, no solo como lugar de aprendizaje de concreto sino también como espacio para aprender relaciones y situaciones nuevas. Es una nueva forma de verse a si mismo y a los demás.

La escuela es un espacio en el que el niño deja de ser el centro de atención y recibe un trato parecido a sus compañeros, lo que les hace asumir poco a poco el papel de comunidad.

En definitiva todas aquellas experiencias que el niño viva en la escuela van a ayudarle a fortalecerse como individuo y le hará que asimile toda una serie de valores que le servirán para el resto de vida.