Los jóvenes dedican una hora y media al día a repasar, mientras que pasan una media de cuatro horas delante de una pantalla |
26/11/10
EFE
Los jóvenes dedican una hora y media al día a estudiar, mientras que pasan una media de cuatro horas delante de una pantalla (consola, televisión o internet), tiempos que aumentan a mayor edad y se reducen en las más tempranas.
Son datos de una investigación sociológica para conocer los hábitos de estudio de los escolares, realizado con entrevistas a 1.000 niños de entre 8 y 16 años y a sus padres, que indica que ambos padres -en el 57% de los casos- o la madre -en el 40%-, ejercen las funciones de control, pero raramente lo hace el padre en solitario -en el 3% de las familias-.
Estudiar pierde interés al pasar de primaria a secundaria: a siete de cada diez niños de primaria les gusta estudiar, mientras que sólo cuatro de secundaria tienen una actitud positiva hacia el estudio, señala el informe encargado por la Fundación Antena 3. Por tanto, el 60% de los niños más mayores indican que no les gusta estudiar; son el 75% de los que suspenden y el 45% de los que aprueban.
Uno de cada dos estudiantes de secundaria con suspensos tienen problemas para concentrarse cuando tratan de estudiar. Sin embargo, mientras estudian, un 48% escucha música, un 45% tienen gente cerca hablando, un 35% está conectado a internet y un 25% con la televisión puesta. El informe, realizado por TNS-Demoscopia, señala que un tercio de los jóvenes no estudia en su habitación, sino en la cocina o el cuarto de estar y que esa misma proporción tiene problemas para entender las explicaciones de los profesores, sobre todo en matemáticas y ciencias.
Implicación de los padres
La ayuda de los padres a los hijos en sus estudios se reduce casi a la mitad en secundaria. Un 45% de los estudiantes de secundaria son ayudados por sus padres cuando tienen problemas en sus estudios; pero en el 52% de los que suspenden su padre no ha pasado de los estudios primarios (lo que sólo ocurre a un 20% de los alumnos que aprueban). Esta ayuda se eleva al 81% en los alumnos de primaria. Respecto a las técnicas de estudio, más de la mitad de los alumnos (55,6%) afirma que suelen aprender las cosas de memoria.
De la relación entre padres e hijos, destaca también que la aplicación de castigos es habitual al sacar malas notas (en el 55%), mientras que sólo un 25% de los padres manifiesta premiar a sus hijos cuando obtienen buenos resultados. La comunicación habitual entre padres e hijos sobre la marcha de los estudios es menor entre aquellos que suspenden (53%), que entre los que aprueban (71,2%).
A lo largo del curso, los escolares de primaria dedican poco más de una hora al día a estudiar y media hora más los estudiantes de secundaria; cuando los exámenes se acercan, el tiempo de estudio sobrepasa la hora y media y las dos horas y media en secundaria.
Delante de la pantalla, los alumnos de primaria están casi 3,5 horas (1,5 ante TV, una hora juegan a consola u ordenador y casi otra hora conectado a internet), mientras que los adolescentes emplean cerca de 4,5 horas (1 hora y 49 minutos viendo la tele; 48 minutos a la consola o el ordenador y 1 hora y 44 minutos en internet).
"Las nuevas tecnologías correctamente utilizadas aportan, pero cuando no hay control de los tiempos son un problema", ha opinado el defensor del Menor de Madrid, Arturo Canalda, quien ha defendido la necesidad de mejorar la comunicación entre padres e hijos, padres y escuelas, junto a recuperar valores como el esfuerzo y la continuidad del trabajo. Otro análisis de estos datos lo ha hecho la catedrática de psicología de la educación María José Díaz-Aguado, quien ha planteado "enseñar a respetar los límites sin caer en el autoritarismo, ni en la negligencia o pasividad que desemboque en ausencia de educación".