MAGRITTE

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jueves, 18 de noviembre de 2010

Carta de un hijo a todos los padres del mundo.

 
No me grites
Te respeto menos cuando lo haces. Y me enseñas a gritar a mí también y yo no quiero hacerlo.
Trátame con amabilidad y cordialidad igual que a tus amigos
Que seamos familia, no significa que no podamos ser amigos.
Si hago algo malo, no me preguntes por qué lo hice
A veces, ni yo mismo lo sé.
No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti (aunque sea para sacarte de un apuro). Haces que pierda la fe en lo que dices y me siento mal.
Cuando te equivoques en algo, admítelo
Mejorará mi opinión de ti y me enseñarás a admitir también mis errores.
No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos
Si me haces parecer mejor que los demás, alguien va a sufrir (y si me haces parecer peor, seré yo quién sufra).
Déjame valerme por mí mismo
Si tú lo haces todo por mí, yo no podré aprender.
No me des siempre órdenes
Si en vez de ordenarme hacer algo, me lo pidieras, lo haría más rápido y más a gusto.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer
Decide y mantén esa posición.
Cumple las promesas, buenas o malas
Si me prometes un premio, dámelo, pero también si es un castigo.
Trata de comprenderme y ayudarme
Cuando te cuente un problema no me digas: "eso no tiene importancia..." porque para mí sí la tiene.
No me digas que haga algo que tú no haces
Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no me lo digas. Pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.
No me des todo lo que te pido
A veces, sólo pido para ver cuánto puedo recibir.
Quiéreme y dímelo
A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.

martes, 16 de noviembre de 2010

LOS PROBLEMAS DE UNA SEXUALIZACIÓN TEMPRANA


   
Fuente: “La Vanguardia”, julio 2010
Autora: Xaro Sánchez, Psiquiatra Infantil del Hospital de Mataró (Barcelona).



En el año 2007, el Grupo de Expertos sobre la Sexualización de las Niñas y las Jóvenes de la Asociación Americana de Psicología de los EE.UU. lanzaron un inquietante informe que alarmaba de una sexualización creciente con importantes efectos negativos. Nada ha cambiado, todo lo contrario, el fenómeno sigue exponencialmente aumentando. Se considera sexualización cuando: 1) el valor de una persona se calibra en función del atractivo y potencial sexual, excluyendo todo lo demás; 2) ese atractivo está ligado únicamente al aspecto físico y es sinónimo de sexy; 3) se otorga a alguien la función de "objeto sexual" desconsiderándola como persona independiente y capaz de tomar decisiones; y 4) se impone un uso sexual inapropiado, hecho especialmente grave en los menores de edad.

Todo el mundo puede ser sexualizado, pero cuando son los menores los imbuidos a una sexualidad adulta y hasta convencidos de que el principal objetivo en la vida es desarrollar una imagen y una conducta con altas dosis de sexualidad, se está "maltratando" su desarrollo e instruyendo falsamente sobre una libertad de decisión todavía incipiente y una falta de la información sexual adecuada.

Las fuentes de sexualización actual provienen prácticamente de todas partes, especialmente de los medios de comunicación. De todos sin excepción: televisión, vídeoclips, letras de las canciones, películas, series, revistas, publicidad, deporte, vídeojuegos, internet, personajes de moda, etc. Pero también de los padres, la escuela, los amigos, la moda o los juguetes. Todos sexualizan a la mujer, principal género objetivo, aunque los niños tampoco se libran. Y una vez iniciada, la autosexualización sigue moldeando la autoimagen que se forman de sí mismas las niñas, las prepúberes y las adolescentes. A nadie debe sorprenderle que el interés por los estudios decaiga o que la salud mental se vea afectada. Triunfo social deviene igual a ser físicamente muy sexys y comportarse como tal.

En una carta reciente que he recibido del escritor Rafael Sánchez Ferlosio, sensible desde hace años a este tema, me comentaba que en Castilla y León existe incluso el término menoreros para hacer referencia a los "perseguidores de menores", individuos que buscan introducir a los niños y jóvenes en una sexualidad anómala cada vez más precozmente. Y se sorprendía, con razón, de que ningún sector de la sociedad reparase en ese fenómeno y lo desaprobara con contundencia. ¿La asunción de que el atractivo físico y el "disfraz" de sexualidad a llevar por todas partes es tan grande que nadie se da cuenta?

Las consecuencias de la sexualización son siempre dañinas e influyentes sobre la vida de las chicas y por extensión, de todas las mujeres. Y por si fuera poco, cada vez antes y con menor edad reciben esa influencia. Estos días de vacaciones he estado con mis hijos mirando a ratos la televisión. Les he pedido que me dijeran qué series o dibujos animados miran o ven y comentan con sus amigos. Sabía que había algunos programas, series sobre todo, con altas dosis de "sexualización precoz" como Hannah Montana. Pero lo que no sabía era que prácticamente todas, incluso las dirigidas a niños pequeños, contenían diálogos e imágenes que destacaban la importancia del atractivo físico y la presexualidad con todo lo que lleva asociado (lujo, belleza, descrédito a quien no los tiene, amores precoces, etc.) como aspectos primordiales de los guiones. La verdad es que he quedado "afectada" de tal magnitud de "porquería televisiva" adolescente.

La salud mental (trastornos alimentarios, de personalidad, de autoimagen, ansiedad y depresión, etc.) y física, el desarrollo de una sexualidad sana y realista, y las actitudes y creencias sobre la feminidad y el sexo, acaban convergiendo en que el valor de una mujer está vinculado a su atractivo físico. Ante la "auto-objetificación sexual" difícilmente acceden otros intereses. Pensar sobre el propio cuerpo y compararse continuamente con los ideales sexuales culturalmente establecidos disminuye el rendimiento intelectual y distorsiona claramente las motivaciones y los procesos emocionales.

El efecto dañino de la sexualización en la mujer joven se prolonga en la etapa adulta y se extiende a los chicos, a los hombres adultos y a toda la sociedad. El hombre puede creer que sólo es una buena pareja aquella que cumple con los estereotipos sexuales "aceptados". La mujer adulta puede pasarse la vida intentando parecer siempre joven y sufriendo por ello. Y en las sociedades sexualizadas aumenta el sexismo, disminuye el interés de las mujeres por profesiones científicas, de ingeniería o tecnología y aumentan las conductas de violencia sexual y la demanda de pornografía infantil.

Las alarmas y recomendaciones del informe comentado al inicio provienen de expertos sin intención moralista, religiosa o feminista. No comportan retroceder en la libertad sexual ni en su información, sino todo lo contrario, tratan de insistir en aquello que es fuente de seguros problemas. Además esa "sexualización precoz" no facilita el disfrutar del sexo posteriormente de manera sana y libre. Querer ser muy sexy no va asociado con una buena práctica sexual ni con una libertad para ejercerla sanamente y con madurez.

Hay estrategias para minimizar la influencia de los medios sobre la sexualidad insana pero la sociedad debe querer imponerlas y proponerse abandonar ganar dinero a través de ellas. ¿Quiere?


jueves, 11 de noviembre de 2010

EDUCAR para la RESPONSABILIDAD. Por Bernabé Tierno, Psicólogo, Pedagogo, escritor


Muchos jóvenes me preguntan que cuándo son adultos y maduros psicológicamente y mi respuesta es siempre la misma: Cuando seas capaz de hacer lo que debes, lo que verdaderamente te conviene en lugar de lo que te apetece, y demuestres ser responsable de tus actos y de tu vida; entonces has llegado a ese mínimo de madurez...

Por Bernabé Tierno, Psicólogo, Pedagogo, escritor

Muchos jóvenes me preguntan que cuándo son adultos y maduros psicológicamente y mi respuesta es siempre la misma: Cuando seas capaz de hacer lo que debes, lo que verdaderamente te conviene en lugar de lo que te apetece, y demuestres ser responsable de tus actos y de tu vida; entonces has llegado a ese mínimo de madurez.

¿Cómo educar a los hijos para que sean responsables de su vida y de sus actos? Los discursos y sermones sirven de poco. Hay que exigirles que tomen decisiones firmes y bien pensadas cada día, que recaben información sobre las opciones que se les presentan y sobre las consecuencias, positivas o negativas, que seguirán a cada opción y, después, decidan.


Deben aprender, desde niños, a adquirir compromisos personales y a llevarlos a cabo aunque el esfuerzo sea importante. La educación para la responsabilidad corre paralela con la educación para la libertad interior de acción. Además, los padres que pretenden fomentar la responsabilidad en sus hijos deben seguir el esquema de actuación que se sigue:

1. Puesto que el niño nace sin saber lo que es bueno o malo, serán los padres los que se lo indiquen al principio hasta que, con el tiempo, el mismo niño sepa distinguir lo bueno de lo malo. En consecuencia, no hay más remedio que establecer unas normas y unos límites que le indiquen al niño lo que debe hacer en cada momento. Esto le da seguridad y tranquilidad. De no obrar así, el niño será malcriado, caprichoso y débil.

2. Según la edad y capacidad del niño, hay que darle ciertas responsabilidades en las tareas del hogar.

3. No darle normas contradictorias. La coherencia educativa y el acuerdo entre los padres es fundamental para educarles en la responsabilidad.

4. Predicar con el ejemplo. Los padres responsables y que cumplen lo que prometen tienen autoridad moral.

5. Recompensar la responsabilidad, el esfuerzo y el autocontrol. Que el hacerse cargo de sí mismos les reporte a los hijos beneficios y, al contrario, el ser irresponsables no les reporte nada positivo.

6. A medida que los hijos demuestran que saben ser responsables y utilizar bien su libertad, premiarles con más confianza y libertad. 



lunes, 8 de noviembre de 2010

¿QUIÉN ES EMILIO CALATAYUD?

LIBRO: MIS SENTENCIAS EJEMPLARES
EMILIO CALATAYUD Y CARLOS MORÁN
EDITORIAL: LA ESFERA DE LOS LIBROS


El juez Emilio Calatayud se ha convertido en un referencia por sus resoluciones y su sentido común. Es te libro se recogen unas memorias vitales y judiciales. El libro incluye una autobiografía y un amplio repaso, en primera persona, a las decenas de sentencias que ha dictado, unas resoluciones que se caracterizan por no dejar indiferente a nadie. Así, Calatayud ha 'condenado' a niños a aprender a leer, a ser buenos padres y madres o a dibujar un tebeo. Recogemos algunos pensamientos y la págína donde aparecen:

164. El mito de Pigmalión. Resume muy bien lo que persigue la Justicia de menores: enderezar lo que se ha torcido, educar y reeducar, que por cierto, también es algo con lo que sueñan los padres que quieren ser dignos de tal nombre.
176. … el internamiento terapéutico en todas las modalidades… los correccionales para enfermos psiquiátricos… Según los expertos, el creciente consumo de cocaína y el policonsumo de drogas entre los jóvenes van a desembocar en una epidemia de patologías mentales.
181. ¿Qué pasa en las cabezas adolescentes? ¿Cómo se puede llegar tan lejos? ¿Por qué prefieren montar un espectáculo y generar alarma antes que admitir que simplemente se les ha pasado la hora?
No existen respuestas mágicas. Yo, al menos, no las tengo, pero lo que está claro es que los padres tenemos que generar confianza.
187. … hemos observado un preocupante incremento en el número de chicos que entran en el territorio del Código Penal después de empaparse en el alcohol…. El botellón es aceleración y descontrol.
190. Los alcohólicos que además no tienen reparos en echarse a la carretera visitan la unidad de agudos que sufren lesiones medulares y participan en las charlas… Además, los condenados deben escribir una redacción. Esta terapia de choque funciona.
En mi opinión, el problema del consumo de alcohol entre la juventud ha de ser tratado con el mismo o más rigor que el tabaquismo. Es una droga autorizada con la que la sociedad es excesivamente permisiva.
… no se necesitan más normas. Lo que se ha de procurar es que se cumplan las que existen.
193. ludopatía
195. Pero no todo lo malo ocurre en la calle. La escuela también puede ser una emboscada.
197. El bullying
198. El mejor abono para el acoso en las aulas es el silencio. Tenemos que poner coto a este fenómeno. Y en todas sus expresiones.
202. los centros educativos pueden caer en la tentación de intentar ocultar el preocupante fenómeno del matonismo en las aulas, una actitud que ni ayuda a solucionar el problema ni es tolerable.
En mi opinión, los responsables de los colegios han de tener muy claro que cuando se produce un delito debe intervenir la justicia (amenazas, coacciones…)
… Como norma general, no soy partidario de expulsar al matón, sino de rehabilitarlo en el propio colegio.
… Lo ideal es que el acosador no sea expulsado. Si hay que apartarlo del resto de sus compañeros, se le aparta, pero es preciso trabajar con él en el propio colegio. Las medidas que se le impongan tras ser juzgados, deben estar relacionadas con su centro escolar. Eso es muy importante. La violencia no es un juego. Tampoco un deporte.
207. Violencia en el deporte. El cumplimiento de una sentencia educativa es más efectivo que cualquier comité antiviolencia. Nuestra experiencia lo demuestra.
208. Para nosotros es fundamental no estigmatizar a los chavales. Es la garantía de que saldrán adelante, de que no se quedarán anclados en un episodio desafortunado de sus vidas. Un desliz no puede convertirse en una cadena perpetua. Y menos aún cuando se trata de niños.
219. Un delincuente infantil o juvenil es un fracaso social. Los niños y adolescentes siempre son víctimas. Aunque lo sean de ellos mismos. Si entendemos que la culpa es colectiva, habremos hecho la mitad del camino para recuperar a un chaval que ha cometido una infracción.
228…. Acusados y culpables, sí, pero también víctimas.
234. Los peores delitos son los que no podemos explicarnos… la certeza de que existe el mal por el mal, gratuito, sin paliativos… Yo he aprendido que ese mal en estado puro también puede anidar en los menores.
256. El tirano adolescente apenas habla: sólo sabe comunicarse mediante la violencia. Es el punto de no retorno. Hay que actuar y rápido. No es algo pasajero ni hormonal. No es la edad del pavo. Supone un desgarro difícil de imaginar, pero no hay más salida que denunciar y poner a nuestro hijo a disposición de la Justicia. Es un paso que nadie querría dar nunca, pero no hacerlo sólo complica las cosas y retrasa la solución.
… para las madres supone “traicionar” a su hijo y admitir un sangrante fracaso. Por muy desesperado que estén, se resisten a toda costa a actuar. Son los padres los que finalmente asumen esa peliaguda decisión.
… El chaval maltratador se aprovecha de ese enganche emocional y chantajea a la madre.
257. Nuestra experiencia también nos dice que si el hijo tirano no es biológico, el drama es mayor si cabe. Porque detrás de una adopción hay mucho amor.
Es necesario imponer límites y castigos, porque el tiempo del diálogo ya pasó.
273. Centro Tierras de Oria (Almería).
La institución tiene un programa de rehabilitación para menores condenados por homicidio que incluye una terapia de choque impactante, demoledora. Con un médico especialista en neurocirugía de la zona, se someten a sesiones de diapositivas que detallan los destrozos de las balas… viajan al cementerio.
Los internos acusados de agresiones sexuales acuden a reuniones con mujeres que han sido víctimas de malos tratos.
Son obligaciones innegociables levantarse a las ocho de la mañana, hacer la cama, limpiar la habitación, asistir a clases, practicar mucho deporte, comer, una hora de siesta, talleres, cena y a dormir. Disciplina férrea y poco tiempo libre.
304. “El humor es saber sorprenderse de lo cotidiano” y también “es un salvavidas que nos ayuda a flotar en el río de la vida”.


APÉNDICE

Siempre digo que yo no hablo en nombre de los jueces ni en nombre de los jueces de Menores. Mis opiniones son discutibles y mis sentencias son apelables. Por lo tanto, estoy abierto al coloquio y al diálogo. Pero creo que hay que llamar a las cosas por su nombre y en este país se habla poco claro, sobre todo cuando hablamos de menores. Después de la aprobación de la Constitución y después de la Ley de 1996, en España se es menor de edad hasta los dieciocho años. Es decir, que si un chaval quiere vivir como mayor de edad tiene dos posibilidades: esperar a cumplir los dieciocho años, o cuando tenga dieciséis, ir con sus padres al juzgado de Primera Instancia más cercano y emanciparse, lo que le comportará ciertos beneficios que conlleva la mayoría de edad. Si no es así, se es menor de edad hasta los dieciocho años. Para lo bueno y para lo malo.
¿Qué ha pasado con la Constitución, el Estado democrático de Derecho, las leyes posteriores y la Ley de 1996? Pues que damos a nuestros menores muchos derechos. Derechos, derechos y venga derechos. Incluso celebramos el Día de los Derechos del Niño, el 20-N. Y, para colmo, primero derogamos “socialmente” y después formal y definitivamente el artículo 154 del Código Civil. Nunca nos interesó transmitir su contenido a sus destinatarios: nuestros hijos.
El artículo 154 del Código Civil decía en su antigua redacción:
“Los hijos no emancipados están bajo la potestad del padre y de la madre. La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos de acuerdo con su personalidad y comprende los siguientes deberes y facultades de los padres: velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una información integral, representarlos y administrar sus bienes, y los padres podrán, en el ejercicio de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad y podrán también corregir razonable y moderadamente a los hijos”.
Pero ¿cómo se podía corregir razonable y moderadamente a un hijo si resulta que decía: “No me toques que te denuncio, no me mires que te denuncio, no entres en mi cuarto, no escuches mis conversaciones telefónicas, no me registres las cartas, no busques el disco duro de mi ordenador?
La actual redacción pone las cosas aún más difíciles. Desaparece lo de “corregir razonable y moderadamente”, que, de todas formas, nadie sabía cómo aplicar sin arriesgarse a ser denunciado, y el primer párrafo queda de la siguiente forma: “Los hijos no emancipados están bajo la potestad del padre y de la madre. La patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos de acuerdo con su personalidad y con respeto a su integridad física y psicológica…”. ¿Y eso cómo se hace? Si prohíbo a mi hijo que salga una noche con su novia, ¿estoy dañando su integridad psicológica y creándole un trauma? ¿Cómo podemos decir que no? A mí no me extraña nada que a los padres les asalten las dudas.
Yo, en mi casa, lo tengo muy claro. Tengo dos hijos: uno que ha pasado los veinte años (siempre digo que ya está saliendo de la edad del riesgo social) y una chica de quince años (que está entrando en la edad de riesgo social). Pero ocurre que soy el juez de Menores de mi pueblo, que estoy felizmente casado con mi mujer después de veinticinco años –acabo de celebrar las bodas de plata-, tengo un buen sueldo, mejorable, pero un buen sueldo, buena situación y tal … Y tengo problemas con mi hijo de veinte años y voy a tener más problemas con mi niña de quince años. Pero no los mismo problemas que pueda tener una persona que desconozca el contenido del artículo 154 del Código Penal (…)
Derechos, derechos, derechos. Eso está muy bien, pero es que también se ha derogado “socialmente” el artículo 155 del Código Penal. De hecho, aunque no de derecho, no existe el 155, y el 155 establece lo siguiente:  “Los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre”. Eso lo dice el Código Civil, no lo digo yo. Y segundo: los hijos deben contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella; luego pertenecer a una familia no es jauja. Tienes tus derechos y tienes tus deberes.
¿Qué ha pasado? Que hemos evolucionado mucho en muy poco espacio de tiempo. Hemos pasado del Estado preconstitucional al Estado democrático de Derecho, que parece que existe desde hace mucho tiempo, pero treinta o cuarenta años en la historia de una sociedad no es nada. Hemos pasado del padre autoritario, del padre preconstitucional, al a corriente psicológica-sociológica-evolutiva del comportamiento, según la cual hay que dialogar, hay que argumentar y hay que razonar con nuestros hijos. Y como en este país no tenemos término medio, pasamos del padre autoritario a convertirnos en colegas de los hijos. Yo no soy colega de mi hijo. Ni soy su amigo. Soy su padre y punto. Porque, además, si yo soy amigo de mi hijo, pues dejo a mi hijo huérfano. Eso está claro, luego yo soy su padre.
Siempre pongo el mismo ejemplo, que es un poco caricaturesco. Un padre preconstitucional espera a que su hijo de trece años se coma un plato de sopa. “Niño, cómete la sopa”. El chaval dice que no y el padre, pescozón al canto. Y si no se come la sopa, se merienda la sopa, y si no se merienda la sopa, se cena la sopa, pero a las diez de la noche la sopa está tomada.
Ahora el padre postconstitucional. Normalmente es de clase media alta, conoce las corrientes psicológicas-sociológicas-evolutivas del comportamiento y empieza a aplicar con la sopa todas estas tendencias psicoeducativas. “Niño, ponte a comer la sopa”. El chico se niega. “Mira niño, yo creo que te debes comer la sopa. Porque si no te comes la sopa, podríamos entrar en un período de anorexia perjudicial para tu salud. Creo que debes comer la sopa. No obstante, tú decides”. Claro, no se come la sopa. Ni se merienda la sopa ni se cena la sopa. Entre otras cosas, porque a las dos y media de la tarde el padre coge la sopa, la tira al cubo de la basura y le hace dos filetes con patatas.
Yo tengo cincuenta años. Somos la generación perdida. Hemos sido los esclavos de nuestros padres y ahora somos los esclavos de nuestros hijos. En la escuela ocurre lo mismo. Hemos pasado del don José, todos en pie, prietas las filas, recias y marciales y dos o tres cosas más, a José, a Pepe o a Pepillo. Somos todos iguales y el maestro ya no es maestro, ahora es profesor del Conocimiento del Medio e imparte clases de una hora que duran cuarenta y cinco minutos. Da clase al que tiene interés. Y encima hemos metido la carga de la prueba, porque cuando yo llegaba a mi casa y le decía a mi padre: “Me ha pegado el maestro”, mi padre, automáticamente, me propinaba una torta y decía: “Algo habrás hecho”.
Ahora llega tu hijo y te dice: “Me han expulsado de clase”. Automáticamente también, montas en cólera, coges de la mano a tu hijo y vas a la busca y captura del profesor que ha tenido la osadía de expulsar al niño de clase. Y si encima está en Andalucía y al profesor de Música le da por enseñar el himno de Andalucía al chico, el padre le mete una querella en el juzgado y el profesor puede acabar hasta detenido. Hemos perdido los papeles.
La Ley de Protección de Menores nos dice que cualquier persona o autoridad que tenga conocimiento de que un menor no está escolarizado o no asiste al centro escolar de forma habitual sin justificación durante el período obligatorio deberá ponerlo en conocimiento de las autoridades públicas competentes, que adoptarán las medidas necesarias para su escolarización. Yo, cuando llega al juzgado un chaval con el perfil de delincuente… porque llegan muchos que cometen delitos, pero que no son delincuentes… siempre hay algo en la casa…. Y también está el 80% de fracaso escolar. Si nosotros arreglamos parte de esos problemas de la casa y el fracaso escolar, estamos solucionando muchísimo la delincuencia juvenil en este país.
(…) hemos perdido el norte. Resulta que a ti te pillan en Granada cogiendo manzanilla y te caen dos años de prisión. Y si te sorprenden en las Lagunas de Ruidera cogiendo cangrejos de río también te caen dos años de cárcel. Porque en ambos casos habrías cometido un delito contra la flora y la fauna.
Ahora, te descubren fomentando que tu hijo no vaya al colegio y nos ponemos a discutir si estamos ante un ilícito penal, un ilícito administrativo o un ilícito civil. Vamos a discutir. Total, que el niño se nos hace doctor honoris causa o lo contrario y todavía no sabemos qué responsabilidad tiene el que infringió la obligación de no llevarle al colegio cuando era un niño.(…) Que me parece muy bien proteger a los cangrejos y a la manzanilla de Sierra Nevada, pero que están ahí los niños. Y que la escuela está para algo. Y que es obligatoria. Hemos perdido el norte.
(…) Como norma general, es fundamental no expulsar a un niño del colegio. El chico podrá ser apartado del aula, pero no puede ser apartado del colegio. Esos equipos profesionales deberán trabajar con ese alumno en horario escolar. No lo saquemos del colegio.
(…) También es fundamental que trabajemos coordinados la sanidad, los servicios sociales, el sistema educativo y la justicia.
(…) Una de las experiencias más bonitas que he tenido –ahora está suspendida por causas ajenas a mi voluntad- es que todos los centros escolares de Granada pasan por mi juzgado a ver los juicios con otros menores como ellos. Estoy absolutamente convencido de que los chavales tienen derecho a saber de su Justicia, a conocer cómo funciona su Justicia. Los niños tienen todo el derecho a observar las consecuencias de sus actos.(…) Después, esto lo sigo haciendo, recorría los distintos colegios y completaba lo que habían visto y escuchado en la sesión de juicios con charlas a los propios chavales y también a las asociaciones de padres de alumnos.
(…) Los centros escolares tienen que resolver determinados conflictos… Los profesionales deberán distinguir cuándo estamos ante un tema de niños y cuándo estamos ante un ilícito penal.
(…) Vamos a trabajar hombro con hombro Vamos a buscar juntos una serie de fórmulas de actuar que sean contundentes y rápidas, que nosotros, los jueces y fiscales de Menores, conozcamos lo que sucede en los centros escolares, sobre todo aquellos hechos que, por su gravedad y magnitud, ya no sean competencia del centro escolar, sino de la Justicia. Vamos a poner todo de nuestra parte para conocernos y actuar con transparencia. Además, y es algo absolutamente fundamental, los padres tienen que apoyar a los centros escolares.
Propongo para ir terminando algunas posibles soluciones que yo veo. Los padres que sean padres. Está muy claro: los padres deben ejercer de padres. Quizá no estaría de más volver a las escuelas de padres. Sería bueno, porque yo estudié para ser juez pero no he estudiado para ser padre. Hoy en día es muy complicado tener un hijo. Como se dice normalmente: la paternidad te da muchas satisfacciones, pero también es un sinvivir. Hoy en día tienes un niño y es no vivir. Siempre digo lo mismo: niños pequeños es igual a problemas pequeños, niños grandes, igual a problemas grandes, problemas más grandes… En resumen, que no te quitas el peso de encima hasta que te mueres. Eso sí, también dan muchas satisfacciones.
(…) El legislador debe ser coherente: que no proteja más a los cangrejos de río qu a los niños. Ha de ofrecer normas coherentes y no contribuir a la canalización, porque eso nos está generando muchos, muchos problemas. Hoy parece que todo vale. Yo veo a mi niña, que tiene quince años, y el Código Penal todavía permite que con trece una joven pueda mantener relaciones sexuales, pueda consentir tener relaciones sexuales con esa edad. Todo vale. Y como los niños no admiten un no por respuesta, resulta que se están incrementando los delitos de abuso sexual.
Y encima se les da la píldora del día después. Criaturas de trece o catorce años tienen acceso a la píldora postcoital porque lo dicen una ley y un decreto que regulan no se qué del menor maduro. Es un médico el que tiene que decir quién es menor maduro, y ocurre que los médicos no saben qué pruebas son necesarias para determinar si un chaval es maduro o no… Total, que se las dan a todos aunque ni siquiera tengan los catorce o los quince años. Sin ningún control. Como todo vale, pues todo vale. Un poco de coherencia.: si son menores, son menores; si son mayores, son mayores. Yo pregunto: ¿una niña de trece años tiene la madurez suficiente para consentir mantener relaciones sexuales?
Es que hemos perdido el norte. Ahí está también el botellón. Coherencia y sentido común, que a veces hay que decir que no. Lo que sucede es que tenemos un complejo muy gordo de joven democracia. Da la impresión de que nos da miedo decir “hasta aquí hemos llegado”. Parece que tememos que nos digan que queremos volver a tiempos pasados. En mi opinión, llevamos ya unos cuantos años de democracia para poder distinguir si estamos ante un no de protección o ante un no autoritario. A lo mejor es que es ahí donde está el problema: que no estamos todavía educados, por lo menos mi generación en la democracia.
Y hace falta mucho compromiso social. Aquí estamos pringados todos. Se pueden hacer muchas cosas. No es necesario que nos paremos a esperar a que lleguen no sé cuántos informes y no sé cuántas estadísticas… y tantas historias. Porque entre que se hacen y no se hacen… Y además puede pasar que no se pongan de acuerdo en los resultados ni los encargados de evaluar las estadísticas. Si esperamos, ¿qué hacemos? Nada. (…)
“Primero se llevaron a los negros, pero a mí no me importó porque yo no lo era. Enseguida se llevaron a los judíos, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era. Después detuvieron a los curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó. Luego apresaron a unos comunistas, pero como yo no soy comunista tampoco me importó. Ahora me llevan a mí, pero ya es tarde.”

jueves, 4 de noviembre de 2010

LA EDUCACIÓN DE LA CREATIVIDAD


Sir Ken Robinson, experto que preconiza un sistema educativo que enseñe a innovar
"La creatividad se aprende igual que se aprende a leer"
LLUÍS AMIGUET  - 03/11/2010

Tengo 60 años: irrelevantes cuando eres capaz de crear como un niño, y todos somos capaces si queremos. Nací en un barrio humilde de Liverpool, como los Beatles, creativos sin escuela. No soy buen gregario, así que no tengo partido, pero sí política. Colaboro con el Foro HSM

Un día visitando un cole vi a una niña de seis años concentradísima  dibujando. Le pregunté: "¿Qué dibujas?". Y me contestó: "La cara de Dios".

¡. ..!

"Nadie sabe cómo es", observé. "Mejor - dijo ella sin dejar de dibujar-,ahora lo sabrán".

Todo niño es un artista.

Porque todo niño cree ciegamente en su propio talento. La razón es que no tienen ningún miedo a equivocarse... Hasta que el sistema les va enseñando poco a poco que el error existe y que deben avergonzarse de él.

Los niños también se equivocan. 

Si compara el dibujo de esa niña con la Capilla Sixtina, desde luego que sí, pero si la deja dibujar a Dios a su manera, esa niña seguirá intentándolo. El único error en un colegio es penalizar el riesgo creativo.

Los exámenes hacen exactamente eso.

 No estoy en contra de los exámenes, pero sí de convertirlos en el centro del sistema educativo y a las notas en su única finalidad. La niña que dibujaba nos dio una lección: si no estás preparado para equivocarte, nunca acertarás, sólo copiarás. No serás original.

¿Se puede medir la inteligencia?

La pregunta no es cuánta inteligencia, sino qué clase de inteligencia tienes. La educación debería ayudarnos a todos a encontrar la nuestra y no limitarse a encauzarnos hacia el mismo tipo de talento.

¿Cuál es ese tipo de talento? 

Nuestro sistema educativo fue concebido para satisfacer las necesidades de la industrialización: talento sólo para ser mano de obra disciplinada con preparación técnica jerarquizada en distintos grados y funcionarios para servir al Estado moderno.

La mano de obra aún es necesaria.

¡Pero la industrialización ya no existe! Estamos en otro modo de producción con otros requerimientos, otras jerarquías. Ya no necesitamos millones de obreros y técnicos con idénticas aptitudes, pero nuestro sistema los sigue formando. Así aumenta el paro.

Pero se nos repite: ¡innovación! 

La piden los mismos que la penalizan en sus organizaciones, universidades y colegios. Hemos estigmatizado el riesgo y el error y, en cambio, incentivamos la pasividad, el conformismo y la repetición

No hay nada más pasivo que una clase.

¿Es usted profesor, verdad? Las clases son pasivas porque los incentivos para estar calladito y tomar apuntes que repetirá son mayores que los de arriesgarse a participar y tal vez meter la pata. Así que, tras 20 años de educación en cinco niveles que consisten en formarnos para unas fábricas y oficinas que ya no existen, nadie es innovador.

¿Cuáles son las consecuencias?

Que la mayoría de los ciudadanos malgastan su vida haciendo cosas que no les interesan realmente, pero que creen que deben hacer para ser productivos y aceptados. Sólo una pequeña minoría es feliz con su trabajo, y suelen ser quienes desafiaron la imposición de mediocridad del sistema.

Tipos con suerte...

Son quienes se negaron a asumir el gran error anticreativo: creer que sólo unos pocos superdotados tienen talento.

"Sé humilde: acepta que no te tocó".

¡Falso! ¡Todos somos superdotados en algo! Se trata de descubrir en qué. Esa debería ser la principal función de la educación. Hoy, en cambio, está enfocada a clonar estudiantes. Y debería hacer lo contrario: descubrir qué es único en cada uno de ellos.

¿La creatividad no viene en los genes?

 Es puro método. Se aprende a ser creativo como se aprende a leer. Se puede aprender creatividad incluso después de que el sistema nos la haya hecho desaprender.

Por ejemplo... 
Soy de Liverpool y conozco el instituto donde recibieron clases de música mi amigo sir Paul McCartney y George Harrison... ¡Dios mío! ¡Ese profesor de música tenía en su clase al 50 por ciento de los Beatles!

Y... 
Nada. Absolutamente nada. McCartney me ha explicado que el tipo les ponía un disco de música clásica y se iba a fumar al pasillo.

A pesar del colegio, fueron genios.

A Elvis Presley no lo admitieron en el club de canto de su cole porque "desafinaba". A mí, en cambio, un poliomielítico, me admitieron en el consejo del Royal Ballet...

Ahí, sir, acertaron de pleno.

Allí conocí a alguien que había sido un fracaso escolar de ocho años. Incapaz de estar sentada oyendo una explicación.

¿Una niña hiperactiva?

Aún no se había inventado eso, pero ya se habían inventado los psicólogos, así que la llevaron a uno. Y era bueno: habló con ella a solas cinco minutos; le dejó la radio puesta y fue a buscar a la madre a la sala de espera; juntos espiaron lo que hacía la niña sola en el despacho y... ¡estaba bailando!

Pensando con los pies.

Es lo que le dijo el psicólogo a la madre y así empezó una carrera que llevó a esa niña, Gillian Lynne, al Royal Ballet; a fundar su compañía y a crear la coreografía de Cats o El fantasma de la ópera con Lloyd Webber.

Si hubiera hecho caso a sus notas, hoy sería una frustrada.

Sería cualquier cosa, pero mediocre. La educación debe enfocarse a que encontremos nuestro elemento: la zona donde convergen nuestras capacidades y deseos con la realidad. Cuando la alcanzas, la música del universo resuena en ti, una sensación a la que todos estamos llamados.